martes, 25 de junio de 2019

SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA


SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA

¿Cuáles son las situaciones, en materia de protección, promoción y garantía de los DDHH, que más urge atender en Colombia?
La alta comisionada para los derechos humanos en Colombia resalta la importancia de garantizar los derechos humanos como el camino más conveniente para lograr una paz duradera y sostenible. Alrededor del acuerdo suscrito entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia Ejercito del pueblo (FARC-EP), los derechos humanos cumplen un papel preponderante y en materia de protección, promoción y garantía de estos,  lo que más urge atender en Colombia tiene que ver con el respeto a la vida especialmente de los defensores de los derechos humanos y de los líderes sociales que son en últimas los más vulnerables por ser quienes instan a las comunidades,  entre otras acciones a reclamar las tierras de las que fueron despojados por actores que estaban en conflicto, y que hoy en día pertenecen en la mayoría de los casos a terratenientes y latifundistas que adquirieron estos predios a bajos costos.   Además,  los líderes sociales en aras de preservar la economía de sus pueblos en el acuerdo de sustitución de cultivos,  se preocupan porque dicha sustitución sea favorable a su economía y el incumplimiento en los pagos ha sido un aspecto que en principio ha desestimulado la sustitución, al mismo tiempo que el negocio lucrativo del narcotráfico manejado por las estructuras criminales que hacen presencia en estas zonas,  ven como una “amenaza” para su negocio al líder social que promueve la sustitución de cultivos y quien finalmente es para estas estructuras una piedra en el zapato que amenazan y asesinan para poder seguir con su actuar delictivo y donde el Estado sigue estando lejano en su compromiso de garantizar la preservación de la vida de estos líderes sociales y defensores de los derechos humanos.
En pocas palabras, estas situaciones pueda que no obedezcan a operaciones ejecutadas directamente por el Estado, pero  su inoperancia y abandono de los territorios anteriormente ocupados por las Farc, han favorecido el incremento de acciones ilícitas y la violación sistemática de los derechos humanos por parte de ex integrantes de las Farc que no se acogieron al proceso de paz, bandas criminales, exintegrantes de los paramilitares, el ejército popular de liberación (EPL), el  ejército de liberación nacional (ELN) y en algunos casos por parte de los miembros de la fuerza pública.
Como es natural el abandono por parte del estado de estas zonas y cuya presencia se limita en el mejor de los casos a la presencia de la fuerza pública, ha favorecido la violación de los derechos humanos por parte de los miembros de esta. En algunos casos por ejemplo el ejército ha tenido que participar en escenarios que no son de su naturaleza, formación y disciplina lo que genera riesgos para la población por la afectación del uso de la fuerza letal y desmedida luchando contra el crimen organizado, incrementando de esta manera la violación de los derechos humanos. En definitiva, las situaciones en materia de protección, promoción y garantía de los DDHH que más urge atender en Colombia, es la presencia institucional del Estado en las zonas donde se han retirado las FARC y que por la disputa de los grupos armados ilegales afecta la seguridad y los derechos humanos de los pobladores. El acompañamiento y protección de los líderes sociales en los diferentes procesos de implementación de los acuerdos de paz, la garantía de la vida de los defensores de los derechos humanos, la no estigmatización de la lucha social, sindical y la protección de la vida como el bien más preciado de sus habitantes.
¿Cuáles son los aspectos más álgidos en relación con la implementación y verificación de los acuerdos de paz firmados entre las FARC-EP y el gobierno nacional?
La muerte en oscuras circunstancias de Dimar Torres un ex combatiente de las Farc a manos de la fuerza pública que custodiaban el área en donde se concentran y cumplen su proceso de reincorporación a la vida civil; así como las desafortunadas y desinformadas declaraciones del ministro de defensa Guillermo Botero quien manifestó en principio que si hubo esta acción “por algo sería”, luego que se trataba de un muerte accidental en un “forcejeo” que supuestamente hubo, porque el occiso intentó arrebatarle el fusil al cabo del ejército que causó su muerte , deja entrever que hay poco compromiso por parte del gobierno quien en este caso intentó  “justificar” la muerte por parte del ejército de este excombatiente. Situación que al conocerse la verdad y al sentir la presión de la sociedad ha tenido que aclarar el señor ministro de defensa. 
De otro lado, la muerte de  Samuel David,  un bebé de solo 17 meses de edad hijo de la paz, como se conocen a los hijos de excombatientes que llegaron al mundo después del cierre del acuerdo con las Farc en La Habana,   le devolvieron la esperanza a un país, se convirtieron en motivo de orgullo de sus padres y  dejaron las filas guerrilleras para buscar nuevas oportunidades. Esto, evoca a todas luces una de las mayores preocupaciones de los excombatientes de las Farc quienes sumaron 128 miembros que han sido asesinados desde que se suscribió el pacto en noviembre de 2016; de acuerdo con un informe de la ONU, entre los responsables se encuentran miembros del Clan del Golfo, las Autodefensas Gaitanistas, el ELN, la fuerza pública y las propias disidencias que quedaron tras la desmovilización del grueso de las Farc. Estas situaciones álgidas en relación con la implementación y verificación de los acuerdos de paz se suman a la elección de un gobierno que a la opinión pública le manifiesta estar de acuerdo con la implementación de los acuerdos, pero que en su actuar demuestran lo contrario. El pasado 10 de marzo de 2019 el presidente de la república en alocución presidencial le informó al país la objeción seis de los 159 artículos de la estatutaria de la justicia especial para la paz (JEP) y anunció que iba a presentar una reforma constitucional para modificar el acto legislativo 01 de 2017, que le da vida a la Jurisdicción Especial de Paz, objeciones que efectivamente fueron presentadas por el gobierno y en principio negadas contundentemente en la cámara de representantes y en el Senado;   después de 4 días de discusión la votación quedó 34 votos a favor y 47 votos en contra de las objeciones, aún están haciendo cuentas matemáticas para saber si se archivan las objeciones,  o si por el contrario, se continúa el proceso. En este momento la corte constitucional tiene la última palabra al respecto, debido a la necesidad de consultar con cuántos votos se hacía mayoría.
Esta situación ha generado desconfianza por parte los excomandantes de las Farc que no han comparecido ante la JEP aduciendo razones de seguridad y que la misma genera una incertidumbre jurídica. En una columna del periódico el espectador publicada 18 de marzo de 2019 el columnista Néstor Rosanía, director de del centro de estudios en seguridad y paz afirma: “la implementación de los acuerdos a hoy es un fracaso ya que los modelos internacionales en negociación de conflictos armados sugieren que, una vez firmados los acuerdos se dé paso de inmediato a la puesta en marcha del sistema de justicia transicional. Para el caso de los Acuerdos de La Habana, la firma final se dio en el Teatro Colón el 24 de noviembre de 2016, es decir que a partir del día siguiente el modelo de justicia transicional ya debería estar en una fase avanzada; lo cierto es que, a marzo de 2019, casi dos años y medio después, apenas se está intentado dar el marco normativo a la JEP y ahora sumando este nuevo palo en la rueda, gracias a las objeciones del presidente Duque,  fácilmente se podrá dilatar un año más en discusiones”,  además, los excomandantes salieron de la zona de reincorporación y su paradero es desconocido,  lo que constituye una violación de los acuerdos y a la vez la muestra fehaciente de la incertidumbre que tienen de lo que pueda pasar con el proceso.
Otro aspecto importante de la jurisdicción especial para la paz y muy seguramente la razón por la que el partido de gobierno no quiere que siga adelante, es porque esta fue diseñada para conocer la verdad, situación que no les conviene a algunos personajes nefastos del país que participaron directamente del conflicto y quienes gozan de total impunidad, porque hay alguien en la cárcel pagando en la mayoría de los casos por ejecutar ordenes que venían de estos personajes. Habría que decir también que La JEP no se hizo para las Farc, se hizo para todos los actores violentos y hay unos actores que están dentro del Estado que son quienes en un afán por mostrar resultados positivos y que se estaba ganando la guerra,  en ese momento cometieron delitos de lesa humanidad, los más espantosos como fueron los ‘falsos positivos’, una de las barbaries más grandes de nuestra historia.
¿Cuáles son los principales desafíos y oportunidades que, en materia de derechos humanos, se presentan a la sociedad colombiana para fortalecer la construcción de paz?
La mayoría de acuerdos establecidos por el Estado y las Farc contemplan la agenda de derechos humanos que se ha establecido en otros espacios similares y su implementación demostrará la voluntad del Estado por cumplir con sus obligaciones en materia de derechos humanos. En ese ámbito el acceso a los derechos humanos compone la base necesaria para que la paz se constituya, se estabilice y sea duradera. Basándose en la prevención de situaciones que puedan contribuir a la violación de derechos humanos, además de fomentar la participación de las mujeres como un ente activo en la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
¿Qué garantías hay en Colombia para el ejercicio de la ciudadanía, para poder expresar las opiniones, los desacuerdos, para exigir y protestar?
En Colombia la lucha social ha sido uno de los mecanismos más eficaces para la conquista de derechos y la reivindicación de estos, está garantizada, pues según el Artículo 37 de la Constitución Política de Colombia: “Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente. Solo la ley podrá establecer de manera expresa los casos en los cuales se podrá limitar el ejercicio de este derecho”. Y en el Artículo 39 se lee: “Los trabajadores y empleadores tienen derecho a constituir sindicatos o asociaciones sin intervención del Estado”. Su reconocimiento jurídico se producirá con la simple inscripción del acta de constitución. Sin embargo, la criminalización de la protesta por parte de algunos sectores por lo general empresariales, gubernamentales y de clase social alta, han puesto en el ojo del huracán las acciones violentas que en ocasiones acompañan estas protestas en respuesta a las provocaciones de la fuerza pública o por la infiltración que ocurre en estas por parte de vándalos. En este momento el debate ha surgido en esa dirección: ¿qué está permitido en la protesta y que no? La respuesta a este interrogante parece tener eco, incluso el actual ministro de defensa, manifestó puntualmente que en el ámbito social, hay que respetar la protesta social, pero que debe ser una protesta ordenada que verdaderamente represente los intereses de todos los colombianos y no solo de un pequeño grupo; además el director de Fenalco en la capital Juan Esteban Orrego, manifestó que , los organizadores de las marchas deberían estar obligados a comprar un seguro de responsabilidad contractual y que el Distrito debería exigirlo para otorgar el permiso de la manifestación. Son voces que se suman a un gobierno represivo que no converge con la causa social y que no comparte gran parte de las luchas de los sectores más vulnerables del país. En esa medida las garantías hay en Colombia para el ejercicio de la ciudadanía, para poder expresar las opiniones, los desacuerdos, para exigir y protestar están dadas desde la constitución, pero en la práctica quienes protestan se convierten en víctimas de distintas modalidades de detención arbitraria y abuso policial, uso arbitrario del sistema penal ejercido contra líderes y lideresas, criminalización y judicialización de la protesta social y la detención arbitraria contra manifestantes y sectores excluidos.
Identificar otros temas o asuntos que ustedes consideren esenciales de ser tratados, y que no estén incluidos en el informe del 2018
La poca voluntad de este gobierno para cumplir lo acordado en la Habana, cada vez demuestran el odio en sus corazones, viven de la ofensa, se ufanan de afirmar que son los representantes de la negación del pueblo de lo acordado en la Habana, que producto de ese desacuerdo de las mayorías eligieron al presidente Iván Duque, construyen la política a partir del odio y del miedo y este se ha convertido en un factor de triunfo electoral, prefiriendo al guerrillero en el monte que sentado en el congreso como lo manifestó Uribe y eso es lógico porque en las montañas se matan soldados y guerrilleros, ambos con la misma condición social; mientras que un guerrillero en el congreso favorece el  debate de las ideas y eso de alguna manera les daña más. Pues la verdad facilita la posibilidad de perdón y ellos quieren seguir aprovechando esa condición de miedo y odio de los colombianos perpetuando una guerra tan antigua como la misma Nación, mientras esa ideología continúe será difícil encontrar una verdadera reconciliación basada en la dignidad y la verdad.

LISTADO DE REFERENCIAS

1.         Alto Comisionado de las Naciones Unidas. (2018). Informe anual del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, Informe 3. ONU. Recuperado de: http://www.hchr.org.co/index.php/informes-y-documentos/informes-anuales/8887-informe-del-alto-comisionado-de-las-naciones-unidas-para-los-derechos-humanos-sobre-la-situacion-de-derechos-humanos-en-colombia-durante-el-ano-2017.
2.         Constitución política de Colombia (1991).
3.         Corporación Región (2018). Cómo va la implementación del acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las FARC. Una aproximación a la mirada territorial. Recuperado de http://www.region.org.co/index.php/publicamos/documentos/item/333-como-va-la-implementacion-del-acuerdo-de-paz-entre-el-estado-colombiano-y-las-farc
4.         Rosanía, R (18 de marzo de 2019). Las consecuencias de objetar la JEP. El espectador. Recuperado de https://www.elespectador.com/opinion/las-consecuencias-de-objetar-la-jep-columna-845576.



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