Para posibilitar la apropiación del concepto de dignidad
humana, es importante partir de un concepto que tiene un sinnúmero de
implicaciones. Sin embargo, a la hora de hablar de los derechos humanos lo más
importante es que tenga implicaciones políticas y se estructuren bajo el
ordenamiento jurídico de estos. Se les habla entonces de la estructura del
estado dada la importancia para cumplir, hacer cumplir y garantizar la
promoción de los derechos humanos desde sus diferentes estancias.
Para ello se habla de la estructura del estado iniciando
con Thomas Hobbes hablando de la necesidad de crear un padre o un monstruo
marino (leviatán) que proteja al hombre de mismo hombre. Mientras los griegos
tenían como ideal de vida fortalecerse en los valores, la virtud y el cultivo
intelectual, tenían un aparato montado en torno al estado y la democracia. En
la edad media y el renacimiento lo básico era conservar la vida, debido al
poder absolutista y monarca donde la estructura organizacional tenía una
pirámide que les facilitara la concentración del poder de manera que las
personas que estaban por debajo es decir esclavos y siervos no tuvieran ninguna
posibilidad de acceder al poder , creando desigualdades sociales y rencillas
entre las mismas personas donde
muchos de los conflictos terminaban en la muerte ya que no
había ninguna presencia del estado. Para Hobbes en el leviatán aducía que “yo
como persona le cedo mi derecho a la defensa para que sea este el que asuma el
poder en nombre de los ciudadanos. Estas ideas de Hobbes se complementan con
tres filósofos más: Rousseau, Voltaire y Montesquieu. Rousseau habla del
contrato social. Entender la sociedad como un ente en el cual estamos todos y
por lo tanto todos tenemos derecho a participar en ella y en la construcción de
la ley, habla de la necesidad y de la importancia el ciudadano común se sienta
representado en el poder. Voltaire por su parte habla de la necesidad de
separar a la iglesia y el estado ya que así se garantiza la libertad de
conciencia, de cultos y que nadie sea perseguido por sus convicciones y menos
religiosas. Para este filósofo el estado por un lado y la iglesia por el otro.
Montesquieu en su libro el espíritu de las leyes por su parte habla de la
división del poder en tres ramas: legislativa, ejecutiva y judicial lo cual aún
tenemos en las democracias modernas.
Teniendo esta base del estado se pasa hablar de derechos
humanos cuya primera declaración se da tras la revolución francesa enfocándose
en la libertad del sujeto. La segunda declaración que se dio en 1948 tras la
segunda guerra mundial donde amplía el espectro y ya se habla de derechos
sociales, económicos, culturales entre otros. ya no solamente se habla de las
libertades del “yo” sino que hay una complementariedad de derechos y la gama se
extiende un poco más, dando cuenta de unos derechos que ya no solamente sería
entonces un enfoque sobre la libertad sino también en brindar recursos para
hacer que esta libertad sea utilizada efectivamente y consumar un proyecto de
vida. No hay un derecho más importante que el otro. todos son complementarios,
a primera vista se podría decir que es el derecho a la vida, porque es el más
básico. Sin embargo, la educación en derechos humanos pretende generar en la
persona esa capacidad de pensar y comunicarse y sólo de esta manera se hace
válido el derecho a la vida de lo contrario este sería nulo, trascendiendo este
derecho fundamental más allá de la naturaleza hasta encontrarse en una
dimensión de lo social y cultural. trascendiendo este derecho fundamental más
allá de la naturaleza hasta encontrarse en una dimensión de lo social y
cultural.
En este escenario se realza la importancia el estado y como
este debe obrar con base a los derechos humanos partiendo desde la dignidad
como primer racero en el cual debe pensar el estado para formular sus leyes
bajo las directrices de los derechos humanos. Partiendo de la base que la
dignidad humana es el centro de los derechos humanos puesto que hace referencia
a la necesidad de reivindicar el valor intrínseco de cada ser o persona, esta
reivindicación cobija a todos los seres humanos por el solo hecho de su
condición humana y así entonces nos instala en un plano de igualdad. En todo
caso el concepto de dignidad humana el cual tiene una raíz ética, moral,
filosófica y hasta religiosa. Cae en el terreno de lo amorfo ya que muchas
personas e incluso sociedades podrían tener visiones diferentes acerca de lo
que se entiende por este.
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